Asegúrate que tu cuello te permite respirar.
Suena raro, ¿verdad?
Pues es alucinante la cantidad de gente que, sin querer, deja de respirar en los momentos de silencio. Quizás no todo el mundo, pero si tienes problemas de voz y notas que tu voz empeora sin hacer nada seguramente estás dentro de ese grupo de personas. Yo lo llamo: “machacar la voz sin hablar”.
Obsérvate cuando estés callado/a, ¿dejas de respirar? Por ejemplo:
- cuando te agachas para ponerte o quitarte los zapatos
- cuando levantas la bolsa de la compra súpercargada
- cuando levantas pesas o haces abdominales
- cuando estás poniéndote nervioso/a y te aguantas para no decir algo fuera de lugar
- o simplemente cuando tu cuerpo interpreta algo como un esfuerzo
Este cierre que notas ocurre justamente en la laringe, donde tenemos las cuerdas vocales. ¿Puedes imaginarte como están cuando pasa esto? Pues igual que cuando hacemos una bola con un papel arrugado, machacadas.
Quiero que desactives estos cierres automáticos de la laringe y de la respiración y, para conseguirlo, has de procurar ser consciente de en qué momentos o situaciones notas estos cierres para, poquito a poco, centrarte en no parar de respirar. Es más fácil de lo crees y tus cuerdas vocales estarán más descansadas cuando quieras hablar.
(Aviso: he exagerado un poco, con lo de las “cuerdas machacadas” pero la imagen es muy potente y os ayuda a entenderlo).
¿Te animas a probarlo?
Cuéntame como te ha ido, me encantará leerte